09 mayo, 2005

El juguete de un sueño o Palamós me hace pensar en Alaska

A los 7 años perdí un camión en una playa de Palamós. Era feo, pequeño, de plástico, de color amarillo, pero me gustaba porque le apretabas un botón y soltaba su carga. A los 12 años vi una película muy triste protagonizada por un esquimal que perdía a su familia en un alud y se dedicaba a recordar los momentos felices del pasado mientras pescaba en medio de la vertiginosa tundra espectral. A los 18 años soñé que un esquimal sacaba de un agujero perforado en el suelo helado del comedor de casa de mi madre un camión de plástico de color amarillo. Me gusta pensar que el juguete se hundió en la arena y, conduciéndose por un canal subterráneo de ésta, llegó hasta el mar, y que la corriente lo arrastró hasta Alaska, pongamos, donde lo recogió un esquimal, el cual lo guardó por si su hijo regresaba algún día de debajo de la nieve, pero que, al resultar esto imposible, lo lanzó telepáticamente al espacio y fue recogido por mis sensibles ondas cerebrales, que lo estructuraron en un bonito sueño. Por esto Palamós me hace pensar en Alaska.
lozzy