06 mayo, 2005

Tres no son multitud (si dos no quieren)

Por la presente damos la bienvenida a la tercera en discordia (y todavía fantasmal) integrante de esta plataforma de la nadería, caja de resonancia de lo insustancial, vertedero de la intrascendencia. Me he topado con la siguiente entrada histórico-literaria, que me ha hecho pensar inmediatamente que hablaba de nosotros, al modo de un modesto precedente encaminado a marcarnos un camino a perfeccionar: "En 1788 coinciden en un centro de estudios de Tübingen tres futuras lumbreras del idealismo alemán: Hölderlin, Hegel y Schelling. Los dos primeros tienen 18 años, el tercero (sería tercera, en nuestro caso) sólo 15, pero el trío anuda una amistad que simbolizan en un trébol (un Kleeblatt) y se lanzan a una intensa comunicación espiritual entre ellos". Así que: ¡allá vamos!
Hablando en serio. ¿Qué hubiese sido de James Bond y de Q sin Miss Moneypenny? Pues que el mundo habría acabado en manos de los malos. ¿Cómo habrían podido Batman y Robin luchar contra el crimen con plenas garantías de éxito de haber carecido de un ama de llaves cuyo nombre y capacidad infinita de sacrificio se nos ha querido escatimar sistemáticamente? No habrían podido, y por ello Gotham City sería hoy bastante menos habitable.

Y en referencia al comentario musical de Monty. Por un lado, estoy de acuerdo, si no se siente, no existe, si no emociona, no tiene sentido. Por otro, hay que hacer un esfuerzo por abrir la mente y no rechazar algo porque haya entrado en la vomitiva noria de lo cool. Yo mismo, un apologeta de lo que ahora mola como Coldplay, Franz Ferdinand y The Killers, para dar ejemplo inverso, he caído recientemente rendido a los encantos de "Lucha de gigantes" de Nacha Pop y reconozco que me estremece la franca poesía cotidiana detrás de algunos versos de Sabina. Ábrete de orejas Monty, da gustillo.
lozzy