15 octubre, 2005

Stop! Novela de amor

(Título gentilmente cedido por Fernando Fernán-Gómez)

La vida nos lleva a sitios extraños. Últimamente la vida me ha llevado a leer hasta cinco novelas románticas (dos de ellas romántico-paranormales, dos romántico-históricas y un thriller romántico) de portada sonrojante e interior aún más sonrojante en el plazo de un mes y medio, lo que debería convertirme en objeto de toneladas de compasión. Por si acaso no se vuelve a repetir la experiencia (por favor, que no se repita), y con espíritu constructivo, paso a enumerar Lo Que Todo Forzado Lector de Novelas Románticas Debería Saber Antes de Empezar a Leer:

- No esperes que los personajes se comporten de acuerdo a su supuesto carácter, porque su personalidad variará en función de lo que le interese al autor (autora en la mayoría de los casos) que ocurra en cada escena. Porque (atención a esta hipótesis, es de las que te hacen ganar una nota de “bien visto” en cualquier trabajo universitario) los cambios de punto de vista sólo sirven en este caso para trampear al lector, para que crea que todo lo que el personaje no hace cuando el punto de vista que se muestra es el suyo es plausible cuando el otro personaje lo relata. Ejemplo: Él piensa que jamás le podrá decir que la ama porque bla bla bla. Acto seguido, cuando es ella la que relata los acontecimientos, él se lanza a declarar su amor y a soltar toda una serie de cosas que el lector (aunque está por ver el porcentaje de hombres que se lanza al género) sabe que no encajan con el carácter del personaje en cuestión, pero que le convienen mucho a la historia. Es decir, que sin esas actuaciones “fuera de carácter” la historia sería imposible. Lo cual implica, en fin, un falso análisis psicológico, porque los personajes no actúan de acuerdo con ellos mismos casi nunca.

- No esperes que por ser el autor una autora y el lector una lectora vayan a sobrar alguno de los tópicos más rancios sobre hombres y mujeres. Ni que él vaya a ser alguna vez algo menos que espectacularmente atractivo o ella vaya a estar por debajo de Gisele Bündchen, eso tampoco.

- No esperes que las escenas de sexo sean sexys. Espera más bien que sean bastante embarazosas, cuando no divertidas (sin querer), o directamente cursis, o increíbles… además de excesivamente dialogadas, ¿no?.

- Si la novela es además medio histórica, no esperes que nada de lo que se explica vaya a estar mínimamente documentado. Espera mejor que sitúen una novela en Andorra y crean que aquello es el colmo del exotismo. Anoto además la sospechosa tendencia de las escritoras americanas a situar sus novelas en Escocia o Irlanda. Los británicos, en cambio, no les ponen nada, parece ser.

- No esperes que sitúen su historia en la actualidad, a menos que les de por introducir dragones, magos u hombres lobo en la trama. Los miriñaques sí que triunfan, igual que las calesas (la de cosas que pasan en las calesas), las mansiones señoriales y los peinados con mucho volumen.

- Y, finalmente, no esperes que nadie sea capaz de idear una trama que genere el suspense amoroso necesario para la supervivencia del género sin caer en ridículo. Es más fácil toparse con una causa tipo “mi familia está maldita” o “es que somos de especies distintas” (van dos novelas con esa excusa) que con “es que no sé si te quiero”.

Y, recuerda, si estás decidido a lanzarte pese a todo, no olvides forrar convenientemente las tapas de tu edición de bolsillo, más que nada para evitar problemillas en el metro.