10 mayo, 2006

Florentino

PI/Q vuelve de pasar un día con discapacitados en Port Aventura y me deja anonadado con la historia de Florentino, que paso a resumiros.

Florentino estaba casado y con tres hijos. Poco después de abandonar a su familia por una mujer 22 años más joven, sufrió una embolia que lo dejó con una severa parálisis corporal y postrado en una silla de ruedas, pero con sus facultades mentales intactas. En el hospital para disminuidos físicos y psíquicos que lo acogió se enamoró de una residente que no tardó en fallecer. Un día se escapó para visitar su tumba. De regreso del cementerio las baterías de su medio de locomoción se agotaron y se quedó unas cuantas horas colgado en un camino de montaña hasta que pasó una furgoneta y lo llevó de vuelta al centro. Una vez ahí, la directora lo amonestó al interrogativo grito final de "¿Y qué hubieras hecho si no llegan a rescatarte?". A lo que respondió: "Pues intentar volverme a dormir con los muertos, que esos no hacen ni ruido".
En Port Aventura parecía pasárselo pipa y no dejaba de decir "hay que aprender a reír".
Y al resto nos cortan mal el pelo y ya nos dan ganas de llorar.