10 julio, 2006

¿Y tú qué sabes?

Un ejemplo palmario de cómo el enfoque Hollywood es capaz de destrozar cualquier punto de partida interesante por su voluntad mercantilista y su espíritu infantiloide y al tiempo pacato es el documental "¿Y tú qué sabes?". Su noble propósito de divulgar aspectos neurocientíficos apasionantes solo toma cuerpo en testimonios de especialistas, los cuales quedan lamentablemente arruinados por a) unos bochornosos efectos especiales que estaban ya caducos al filmarse los primeros capítulos de Doctor Who y b) el recurso a una actriz -nada menos que Marlee Matlin, astuta elección por cuanto reúne dos grandes virtudes anzuelo, una discapacidad física y un Oscar de la academia- para ilustrar lo expuesto en el plano teórico con escenas de ficción que convierten los vídeos caseros de trompazos en una sublime lección artístico/técnica. Lo peor, sin embargo, es la deriva discursiva hacia el New Age, su mensaje final de que somos uno con el universo y que todas las mentes humanas están interconectadas en un místico plano alternativo en el que merendamos tostadas con mermelada y té frío con Dios.
Una pena. Y encima, al lado mío, una plasta deglutía palomitas de un tanque y sorbía sonoramente Coca Light de una pajita. ¿Y yo estoy unido trascendentalmente con ese especimen? Válgame Dios.