22 diciembre, 2006


No he encontrado la foto del jersey de lana por la que tantas suspiraban, pero aquí va una sustituta a la altura. Desde la máxima objetividad, el más insobornable espíritu crítico, la imparcialidad menos contaminada, mi madre asegura que era un primor, un ángel, una monería. Sé que pensáis lo mismo, aunque no me lo diréis a la cara. Aquel niño creía en los reyes, hoy sólo me encomiendo a Larry David y David Brent. El tiempo no pasa en balde.