19 junio, 2007

Perla salida de uno de los momentos cumbres de mi corta carerra profesional, la entrevista al científico Jorge Wagensberg.

"Los desequilibrios mentales que tenemos no son tanto frustraciones sexuales sino fallos en la creatividad. Lo peor que le puede pasar a un ser humano es que no encuentre salida a su creatividad, aunque sea haciendo cestas o herraduras o incluso realizando labores de limpieza. Una profesión en la que no cabe un gramo de creatividad debería hacerla una máquina. El que perfora billetes a la entrada del metro acabará con una depresión espantosa o loco. La tortura del prisionero nace de que tiene una certidumbre total acerca de lo que ocurrirá durante el día. Si lo puedes anticipar todo ofendes al cerebro. En el otro extremo, si solo tienes sorpresas se produce el pánico, que es la frustración de un cerebro que no puede anticipar nada. Para tirar adelante, este debe situarse entre su ofensa y su frustración".