10 julio, 2010

Alergia

Tal y como yo lo veo, pocas cosas buenas han traído las reivindicaciones patrióticas a lo largo de la historia, al menos para los de a pie. Así que prefiero no tener nada que ver con ninguna. Me sentiría como una hipócrita si estuviera recorriendo hoy el paseo de Gracia en defensa del la nación catalana, dada mi total indiferencia hacia la causa y lo muy harta que estoy del tema (sobre todo desde el punto de vista informativo). Y las demostraciones de patrioterismo españolista que previsiblemente se verán mañana me producen más que rechazo: me dan directamente miedo, mucho miedo, mami. Así que lo que me pregunto, en este Fin de Semana de la Encrucijada Patriótica es: ¿se puede vivir sin patria? O, mejor dicho, sentir que uno no tiene patria aun habiendo vivido toda la vida en el mismo sitio, ¿es normal? ¿Le pasa a más gente? ¿Tiene cura? ¿Hace falta que tenga cura?