07 julio, 2010


Días agitados, días locos, días que desafían las leyes de la lógica, días que no han oído hablar de la física ni del físico. Pasear el sábado por Madrid, coincidiendo con el partido de fútbol España vs. Paraguay y el Día del Orgullo Gay, era un continuo saltar la vista de las banderas de España y las camisetas de la selección a las banderas del arco iris y los pechos descubiertos. El cortocircuito se producía cuando ambos universos se cruzaban sobre un mismo cuerpo que, por ejemplo, llevaba el rostro pintado de rojo y amarillo y unos pendientes multicolor, provocando el que uno desterrara de su cabeza esa aparente tautología que es fútbol y homosexualidad. En el fondo ambos recuerdan a circos cuando se ponen festivos, por lo menos emplean sus mismos recursos expresivos.


El martes madrugón histórico (4 de la mañana) para coger cuatro aviones que me permitieran estar en un mismo día en tres países o cuatro para los que se manifestarán el sábado por el Estatut (España, Alemania y Suecia). Desperté en Barcelona, desayuné en Munich y almorcé cerca de Göteborg. La recompensa fue comer mano a mano con un Henning Mankell relajado y con ganas de conversar en un restaurante encantador con vistas al mar, y escucharle contar cosas como ésta: "Los científicos han descubierto que la raza humana procede de África del Sur y que nuestros ancestros originales la abandonaron para conocer mundo a razón de 5 kilómetros por generación, de manera que tardamos 40.000 años en llegar a Filipinas. Una lección de paciencia, de que estamos hechos para no precipitar los acontecimientos, una llamada a la calma".